Diversos analistas de lo internacional destacan hoy la
elección del brasileño Roberto Carvalho de Azevedo a la Dirección General de la
OMC [Organización Mundial del Comercio] como un paso adelante en la
construcción de un mundo multipolar que frene las tendencias del imperio y sus
aliados por controlar y arrasar con todo lo que sea diverso y/o contradictorio
y que tenga visos de nuevo ordenamiento social internacional
Ello se debe a la participación del grande país latinoamericano
en el grupo BRICS [Brasil Rusia India China y Sudáfrica] que suman una buena
proporción de los mercados globales y que reúne a naciones con muy amplias
potencialidades para jugar importante papel en el desarrollo mundial, pese -o mejor
gracias- a su diversidad en los aspectos político, económico, industrial y
cultural
La OMC -como organismo internacional- es sucesora del GATT o
Acuerdo General de Comercio que en la segunda mitad del siglo 20 [1953] surgió
para dar aplicación a políticas hegemónicas generadas desde el Banco Mundial y
el Fondo Monetario Internacional [BM y FMI]
Esas líneas fueron aplicadas en la expansión de la
economía mundial a favor de los pocos países -con antecedentes coloniales- que
lograron su ‘exitoso’ desarrollo a costa de los intereses de los demás países
[y de sus pueblos] hasta desembocar en las multiformes crisis del siglo 21 que los
analistas dibujan hoy como una verdadera figura mítica con varias cabezas y un solo
cuerpo
La OMC -como diversas organizaciones internacionales
incluída la ONU- han perdido 'legitimidad' al ritmo en que los intereses del imperio
rompen las normas multilaterales cuando estas no se adaptan a sus ‘prioridades’
fijadas en forma unilateral y siempre bajo presiones
En el caso de la ONU ese fenómeno resultó
evidente [2011] en el caso de la destrucción de Libia y en las agresiones
imperiales que desde más de 10 años se ejecutan contra Irak y otros países del
Medio Oriente y el Norte de África que hoy buscan culminar contra Siria e Irán
La OMC ha perdido parte del perfil en los últimos años
por la creciente tendencia imperial a ‘manejar’ el comercio global a través de
Tratados de Libre Comercio [TLC] bilaterales y regionales que llevan tras sí la
sombra de ‘acuerdos’ militares y de otros tipos para ‘salvaguardar la seguridad’
de los Estados Unidos incluso si con ellos ponen en juego las propias soberanías de los
países comprometidos en esas ‘alianzas’ como se ha visto en América latina y en
todas las regiones en las que se ‘divide’ el mundo
Para algunos expertos en comercio global -!todavía!- esos
Tratados deberían ser ‘manejados’ desde Washington [con los
apoyos de Londres y París o Berlín] y envolver al mundo en la Alianzas trans-Atlántica
y trans-Pacífica a favor de las fuerzas imperialistas
Por ello desde 2008 -cuando
se atasca la Ronda de Doha- no avanzan las negociaciones a nivel de la
OMC como un reflejo más de las crisis que atrapan hoy a los países hegemónicos
[unipolares] que desde la segunda mitad del siglo 20 dispusieron a
sus anchas del comercio como herramienta de control globalizado
Dentro de esa especie de frenazo, incluso -y después de una
larga década de desencuentros- se produce [2011] el ingreso a la OMC de la
Federación Rusa que había sido persistentemente ‘bloqueada’ por los países que
en el discurso aparecen como propulsores del ‘libre comercio’ [unilateralmente]
a favor de quien lo promueve e implementa
Para el caso basta analizar los
negativos efectos recientes en las economías de los países que en los últimos años
se han sumado a las ‘iniciativas de libre intercambio’ promovidas por la UE y
por Estados Unidos en América latina, por ejemplo – Sus recientes balances ya
muestran esa tendencia en la que sectores nacionales completos declinan en
favor del crecimiento de las empresas trans-globalizadas
La fuerte proporción
de votos que alcanzó el experto brasilero en la OMC son -según los analistas- producto
de las experiencias difíciles y prolongadas que han sufrido esa mayoría de
países que hoy se ven llamados por la historia a buscar nuevas fórmulas que
superen las inequidades que producen sobre sus economías [y sus pueblos] las
relaciones ‘asimétricas y desiguales’ vigentes desde hace siglos y agudizadas -en
especial- durante el siglo 20 y más recientemente en pleno desboque del capitalismo neoliberal [ema]
1 comentario:
Brasil se perfila como un gigante real, protagonista del siglo XXI. México tendrá que hacer las tareas para asumir o retomar un viejo liderazgo perdido. El juego está en el Sur, en el MERCOSUR.
Un artículo esclarecedor, balanceado, informado.
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