Había salido de la casa de un antiguo compañero con quién
anteriormente había tenido intensos momentos de ejercicio laboral, por cierto,
sin mucho resultado en cuanto a ingresos se refiere y nuestra entrevista fue
desganada y totalmente despojada de emociones y colores - En ella habíamos
acordado encontrarnos al día siguiente en algún sitio para redactar juntos un
documento...
Al salir a la calle miro alrededor mío y el ambiente está formado
por casas vetustas todas con sus puertas y ventanas cerradas, sin vida y sin
manifestaciones interiores - Las calles vecinas son también destapadas y los
andenes están cubiertos de polvo terroso y son recorridos por vientos helados…
sin embargo el ambiente exterior, en el paraje vecino, es acogedor y agradable
con cerros y ondulaciones verdes, cubiertos solo por una vegetación azul menuda
y dibujada por caminos sinuosos, transversales
A poco andar descubrí que en las calles había mucha gente,
hombres, mujeres, muchachas y niños que esperaban unos el momento de salir
hacia la ciudad y otros simplemente conversaban mediante pocas palabras, en
monólogos secos, grises y distantes… apáticos
Pensé que yo iba para algún lado y pregunté a un transeúnte
por el transporte que me debía llevar al centro - Me dijo que el más adecuado
pasaba seguramente en un momento y que yo debía caminar unas cuadras para
encontrar la parada conveniente pues desde ese cruce el vehículo debía
emprender una empinada cuesta por un camino de tierra que desde allí se veía seco…
en buenas condiciones
En ese momento me doy cuenta que había olvidado en casa de
mi antiguo compañero una libreta que yo siempre tenía a mano con mis notas
personales y con palabras claves para diversos proyectos por realizar, nunca completados
hasta el momento - Pensé que al llegar llamaría a mi camarada y le pediría que
no olvidara llevarme la libreta… entonces recordé que él no tenía número para
llamarlo
Me ubico en el lugar indicado por el transeúnte para abordar
el transporte y veo que allí había ya varias personas… hombres viejos, niños y
mujeres jóvenes que buscaban movilizarse - Cuando llegó el vehículo descubro
que tirada por una mula era una carreta, destapada y con largos asientos de
madera ocre a cada lado… En realidad está desprovisto de todas las comodidades pero
es suficiente, acogedor
Dudé un instante y creí que no tenía todos los datos que
podría haber otros medios para salir de allí por entre los cerros que ondulaban
ahí mismo en las inmediaciones del lugar en que nos encontrábamos, pero recordé
que el hombre me había dicho que ese era
el más conveniente por la proximidad y por el rumbo que tomaba hacia el centro
de la extraña ciudad, sin calor humano, desolada… gris
Antes de abordarlo estuve contando unas monedas para pagar
el pasaje y tuve en ese momento la sensación de que no tenía lo suficiente y
que carecía de todo otro recurso - Sin embargo fue pasajero… casi en simultánea
descubrí que era suficiente y que además
me quedarían unas monedas sin valor
De eso tuve la certeza cuando alguien cuyo rostro no pude visualizar
se acerca para decirme que le hacía falta un par de monedas para no sé qué y le
indico con un gesto que las tome de mi mano - Algo me impide hacer el conteo
exacto y mis manos no sé porqué carecen de los movimientos habituales - Estan como trabadas e impedidas de realizar
esa sencilla operación… En realidad el hombre toma una sola y aún así me quedaron
varias monedas en la mano
Subo a la carreta me ubico y me siento cómodo, no sé porqué…
pues ahí descubrí que no tenía adónde llegar - Me había metido en cama con la
desazón del azul frío ambiente… /ema
No hay comentarios:
Publicar un comentario