Los procesos culturales de la Humanidad han sido largos graduales y en ellos han participado gran
cantidad de personas a través de generaciones
por siglos y en algunos casos por milenios hasta llegar a lo que podría llamarse
un ‘producto final’: una cuchara, mesa,cama…
Durante años se usaron las cucharas de madera y en barro
cocido al horno y luego las metálicas hasta llegar a las de
plástico que es la máxima degradación del utensilio tan útil en occidente… así
mediante avances sucesivos el hombre desarrolló utensilios muebles y máquinas
para hacer más confortable su vivir apoyado en la colaboración y aportes
colectivos (asociatividad)
En ese grupo de artefactos una vez que se alcanza cierto diseño
el mercado tiene que buscar elementos ‘sutiles’ y arbitrarios para diferenciar
y hacer que como mercancías esos productos circulen (deben generar ganancias)
pues el diseño básico (de autoría colectiva) perdura por tiempos prolongados
Entonces los mercaderistas se ‘ingenian’ los estilos, los
colores, materiales y precios diversos y otras inducidas formas y fórmulas para
‘motivar’ al comprador a fin de que -irracionalmente- entre en los diferenciadores
nichos del mercado… se sienta ‘diferente’ o ‘superior’ más distinguido y
hasta más elegante o rico más noble o de ‘mejor familia’ – más poderoso… más
macho o sexy !!
Durante muy largas etapas la Humanidad usó esos avances colectivos
en forma libre y sin que se gravara con impuestos la creatividad en obvio -natural- reconocimiento de que ese es un proceso acumulativo sin que pudiera ser ‘apropiado’ por alguien
que aparece como su ‘creador’ exclusivo y a quien se debe enriquecer por usar una
idea – Si alguien se la apropia -registra- es obvio que despoja a los demás…
Eso ocurrió hasta que se hipertrofia el derecho mercantil y
los registros de propiedad intelectual… ahí el esquema se complica y de qué
manera… hasta convertirse en mecanismo de exclusión diferenciación y
marginación – hoy los copyright y las patentes hacen su
agosto en el mercado informático e Internet
La igualdad ante la ley surgida de la revolución francesa es simplemente desplazada por la diferenciación basada en la ‘posesión’ - el
dinero entra a jugar su opresivo papel hasta alcanzar los ribetes grotescos de
hoy… sin él la persona se desdibuja y pasa a convertirse en un ‘don nadie’ -solo los privilegiados poseedores son personas de bien mientras los demás son llamados
‘los de a pie’… así de simple… y pasan a engrosar las estadísticas macro… PBI,
índices de desempleo, pacientes no atendidos de X o Y enfermedad, indicadores
de mortalidad, del despojo, de criminalidad, etc.
Los ciudadanos pasan a ser electores que solo son visibles para
los políticos hasta que depositan su voto y después pasan a ser tan postergados
como quienes no participan en el ‘proceso democrático’ – lo complejo es que
para algunos hoy eso es ‘normal’ -no cuestionable (aunque lo ‘moral’ se siga
invocando en el discurso aplastante y discriminador que salpican los medios
masivos)
Brota y se desboca la doble moral de un (anti)sistema que se
legitima por la ‘protección’ que ofrece (predica falazmente) y -en contravía-
se descompone y desenmascara frente a quienes reclaman por la desprotección
social que genera crecientemente incluso en aquellos países que después de la
segunda guerra lograron un estado de bienestar para los trabajadores por su ´participación’
en el proceso productivo
A fin de enriquecer a unos pocos el (anti)sistema niega esos
‘beneficios’ a los trabajadores y cuando éstos reclaman los criminaliza y los
castiga en todas las formas imaginadas... el estado se convierte en aparato
represor con el refuerzo del sistema judicial que castiga y puebla las
cárceles (hoy privatizadas) de quienes defienden su derecho a existir con
dignidad humana…
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